La catedral de Notre Dame está situada en París, Francia. Es una de las catedrales góticas más famosas del mundo. Pese a la poca calidad constructiva del subsuelo, esta ubicación posee un largo historial dedicado al culto religioso. Los celtas en primer lugar,más tarde los romanos erigirían un templo al dios Júpiter. También en este lugar existió la primera iglesia cristiana de París, la Basílica de Saint-Etienne. En sustitución de esta obra surgió una iglesia románica que permanecerá hasta 1163, cuando comienza la construcción de la catedral de Notre Dame. Esta destaca por muchas razones, pero principalmente por sus gárgolas.
La Gárgola es un ser imaginario, representado generalmente en piedra, que posee características grotescas.El origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media y se relaciona con el auge de los bestiarios y los tormentos del infierno. Cierto es también que la imaginación de los artistas medievales estaba abonada por mitos aún más antiguos. De hecho, las primeras gárgolas fueron bautizadas con el nombre de 'grifos', o bien evidenciando así su raigambre clásica. No obstante, la iconografía de las gárgolas no se limitaba a la mera representación de grifos, sino que plasmaba, además, otros seres fabulosos que podían tomar la forma de animales, seres humanos o una mezcla de ambos; pero siempre representados de manera más o menos monstruosa. En la época actual podemos encontrar la serie Gárgolas que representa los poderes supuestos mitológicos que estas rocas con forma monstruosa desempeñaban.